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Curt Schilling está considerado uno de los mejores lanzadores de la historia del baseball. En las Series Mundiales de 2004, y sin haberse recuperado de una reciente operación de tobillo lanzó para los Boston Red Sox el segundo juego del último partido. A causa del esfuerzo, se le abrieron los puntos y su tobillo empezó a sangrar dejando su calcetín hecho un auténtico asco. Actualmente dicho calcetín se encuentra expuesto en una vitrina del Salón de la Fama del Béisbol. Pero más allá de su calcetín ensangrentado y de sus logros deportivos -entre ellos cuatro Series Mundiales, dos de ellas para los Red Sox de Boston, donde es considerado una especie de Dios - el nombre de Schilling ha contribuído en sobremanera a la pérdida de la mayoría demócrata en el Senado norteamericano. En las recientes elecciones celebradas en el estado de Massachusetts para cubrir la vacante dejada por Edward Kennedy, la candidata demócrata Martha Coakley demostró un desconocimiento supino de lo que los Red Sox significan para Massachusetts al manifestar que su adorado Schilling era un jugador de los odiados... Yankees de New York. Como era de suponer, el electorado -eminentemente demócrata desde 1962- no perdonó semejante ignorancia y otorgó la victoria al candidato republicano, un guaperas ex-modelo de medio pelo de nombre Scott Brown. Consecuencia de todo ello es que a Hussein Obama ya no le salen las cuentas para aprobar la reforma sanitaria esa. No, we can't... Por cierto, a parte del calcetín, también podrían ingresar en el Hall of Fame al propio Schilling. Y puestos a pedir, que entre también la Coakley.
