Después de leer La Hoguera de las Vanidades decidí que tenía que ir allí. Corría el año 1999. Sin nadie a quien engañar para acompañarme, decidí ir by my self. Quería saber que era eso de Park Avenue, Harlem, The Bronx, El Museo de Historia Natural y Central Park. Quería ver a los Sherman McCoy desfilando por Wall Street y a Peter Fallow emborrachándose en cualquier lugar de Greenwich Village. Esa novela es la culpable. Creo que es el mejor libro que jamás he leído, aunque acepto que no es, ni de lejos, el mejor libro que se haya escrito. Relata como ninguna otra novela los esplendores y las miserias de New York.Es el libro que me hubiera gustado escribir, y con eso queda todo dicho.
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"...Y en ese momento Sherman llevó a cabo un horrible descubrimiento, el mismo que todos los hombres, tarde o temprano, hacen en relación con su respectivo padre. Por primera vez comprendió que el anciano que tenía junto a él no era un padre envejecido, sino un muchacho, un muchacho muy parecido al que había sido él mismo, un muchacho que creció, tuvo un hijo y, lo mejor que pudo, obedeciendo a su sentido del deber y también quizás, por amor, adoptó un papel consistente en Ser Padre, a fin de que su hijo tuviera una figura mítica e infinitamente importante a su lado: la figura del Protector encargado de impedir que se destapara la caja que contenía todas las posibilidades de caos y desastre que la vida podía traer consigo. Y, ahora, ese muchacho, ese buen actor, se había hecho frágil, se había convertido en un ser cansado, mucho más cansado que nunca ante la perspectiva de tener que ponerse otra vez su armadura de Protector, cuando sus hombros ya no tenían fuerza para cargar con ella...".Tom Wolfe. The Bonfire of the Vanities, 1987
Photo: Nedward "Ned Flanders". Brooklyn Bridge Park. Brooklyn. NYC.August of 2007
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"...Y en ese momento Sherman llevó a cabo un horrible descubrimiento, el mismo que todos los hombres, tarde o temprano, hacen en relación con su respectivo padre. Por primera vez comprendió que el anciano que tenía junto a él no era un padre envejecido, sino un muchacho, un muchacho muy parecido al que había sido él mismo, un muchacho que creció, tuvo un hijo y, lo mejor que pudo, obedeciendo a su sentido del deber y también quizás, por amor, adoptó un papel consistente en Ser Padre, a fin de que su hijo tuviera una figura mítica e infinitamente importante a su lado: la figura del Protector encargado de impedir que se destapara la caja que contenía todas las posibilidades de caos y desastre que la vida podía traer consigo. Y, ahora, ese muchacho, ese buen actor, se había hecho frágil, se había convertido en un ser cansado, mucho más cansado que nunca ante la perspectiva de tener que ponerse otra vez su armadura de Protector, cuando sus hombros ya no tenían fuerza para cargar con ella...".Tom Wolfe. The Bonfire of the Vanities, 1987
Photo: Nedward "Ned Flanders". Brooklyn Bridge Park. Brooklyn. NYC.August of 2007
5 comments:
Fa temps que vull llegir-lo, però curiosament quan sóc a la llibreria mai hi penso.
Em sembla que aquest apunt serà l'empenta final.
Per si no tornes a escriure abans, bones festes!
Un llibre magnífic, sí senyor...
Semblava que ho sapiguessis, Flanders, impossible trobar un bocí més adequat. Gràcies de nou, mestre.
Jo és que ni se com ni per qué vaig arribar a comprar-lo, el que és cert és que m'he negat a veure la película i no la veuré mai. No és que ho sapigués,... però en todas partes cuecen habas
by the way, bones festes Rita, Odalric and Mila
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